Cómo dejar de castigarte por errores del pasado

Cómo dejar de castigarte por errores del pasado

El pasado nos persigue y nosotros, que no somos muy rápidos, no podemos huir de él. Somos alcanzados. Los errores del pasado se pegan a nosotros como lapas y avanzar con ellos a cuestas es mucho más pesado. ¿Por qué existe en nosotros una tendencia a recordar y flagelarnos por fallos que tuvimos hace tiempo? ¿Los podemos ver de otra manera? ¿Cómo dejar de castigarte por errores del pasado?

No es posible librarse del malestar que provocan los errores del pasado pero sí podemos cambiar la relación con nuestros recuerdos.

 

CULPA Y ARREPENTIMIENTO

Al hacer una aproximación histórica, cultural y religiosa a tales términos, nos encontramos que están contrapuestos.

El término culpa viene de “crimen”, “deuda” o “pecado” y se puede definir como una experiencia desagradable que sentimos al romper reglas culturales de cualquier tipo

La culpa está, en occidente, íntimamente relacionada con su origen judeocristiano y las conductas pecaminosas. El sentimiento de culpa nos genera un malestar recurrente pues conlleva un juicio moral hacia nosotros mismos y una inclinación hacia conductas o pensamientos con el autocastigo como eje central.

Diferentes religiones o regímenes políticos utilizan ese concepto para moldear la conducta que quieren promover y castigar otras alternativas.

A nivel individual, la culpa es utilizada para responsabilizar de forma excesiva al paciente de su comportamiento (o pensamiento), lo que, lejos de motivar, provoca estragos en la autoestima del mismo. Enfoques simplistas utilizan esta forma de ver el mundo, olvidando por completo factores contextuales, o relegándolos a un lejano segundo plano.

Por otra lado y de forma mucho más benigna, el arrepentimiento implica el hecho de querer cambiar algo que consideramos que no hemos hecho bien. Es un término que invita a la reflexión y a la acción. Es una respuesta adaptativa relacionada con la autoconciencia (la culpa con el autocastigo), que nos sirve para aprender del pasado, de los errores cometidos.

 

¿POR QUÉ NOS CASTIGAMOS POR ERRORES DEL PASADO?

Una forma de explicar esta tendencia inherente a la especie humana de revisar constantemente los errores del pasado y castigarnos por ellos es a partir del sesgo de retrospectiva.

El sesgo de retrospectiva ocurre cuando juzgamos las decisiones que hemos tomado en el pasado con la información que tenemos en el presente. No nos ponemos en nuestra piel pasada con la información que teníamos entonces si no con la que tenemos ahora, lo cual nos dificulta comprender por qué tomamos la decisión que tomamos. Miramos a nuestro yo del pasado y le recriminamos injustamente una mala decisión o un error y obviamos que entonces estaba actuando lleno de miedos y ansiedades. Además, ese yo del pasado no conocía a ciencia cierta las consecuencias que iba a tener su “error” (quizás ni siquiera sabía que estaba cometiendo uno). 

Un ejemplo lo podemos ver en muchas relaciones de pareja que rompen: “Sabía que esto iba a terminar mal. Desde el principio había señales”, pero obviamos que esas señales no eran tan fáciles de ver desde un principio. En cambio, desde la ventaja que da el tiempo sí que las vemos con claridad de forma retrospectiva. Es injusto que nos culpemos por ello.

Este sesgo es terriblemente común.

Otra explicación puede venir de la mano de estándares de perfeccionismo. Nos castigamos o culpamos por no haber alcanzado estándares irreales. Nos marcamos (o nos marcan) estándares demasiado altos que van a ir acompañados de sentimientos de fracaso. 

La industria de la moda, de la belleza, del fitness, de la productividad, etc, crean inseguridades, miedos, culpas y necesidades artificiales en la población con el fin de vender algo. Promueven el perfeccionismo y el hecho de que errar es porque no nos esforzamos lo suficiente o porque no hemos comprado el producto que sea.

También podemos tener una alta necesidad de control: damos vueltas a los errores que hemos cometido para encontrar posibles soluciones y que así no volvamos a tropezar con la misma piedra. Esta estrategia puede parecer útil pero no lo es. Dedicamos mucho tiempo a obsesionarnos con el error y a intentar corregirlo, esto nos acarrea malestar y sufrimiento.

La culpa no solo proviene de nuestra conciencia, también nos influye la norma social y cultural: la sociedad, la familia, el entorno laboral, los medios de comunicación, son factores que nos dictan cómo debemos ser, cómo debemos vestir y cómo debemos pensar y si nos desviamos de la norma y no actuamos como se espera de nosotros podemos experimentar emociones como miedo al rechazo, vergüenza o culpa.

 

CÓMO DEJAR DE CASTIGARTE POR ERRORES DEL PASADO 

Desde este humilde portal no recomendamos enfocar todas nuestras fuerzas en dejar de sentir el malestar asociado a errores cometidos en el pasado. Preferimos aconsejar a las personas que vivan con el malestar pues si se esperan a vivir tras haber resuelto el malestar probablemente nunca vivan. No vamos a evitar el malestar sino que vamos a cambiar nuestra relación con él. Y es que los intentos de controlar y solucionar cientos de malestares psicológicos normalmente se terminan convirtiendo en más problemáticos que el malestar en sí mismo.

Desde ese enfoque damos una serie de consejos:

Esfuérzate en tratarte con compasión: Piensa en un buen amigo. Trátate como si le estuvieras tratando a él (normalmente nos tratamos mucho peor a nosotros mismos que a los demás). Comprende que tu yo pasado actuó de la mejor forma que pudo con la información que tenía en aquel entonces y que juzgarle desde el futuro no tiene ningún sentido ni es justo. Es una forma de intentar contrarrestar la autoexigencia y el perfeccionismo.

Reconocer e interiorizar repetidamente que el malestar forma parte de la experiencia humana y que el hecho de intentar eliminarlo es el hecho de querer dejar de ser humanos. Podemos intentar escapar con medicación, con deporte o con paseos por el campo, lo cual es útil a corto plazo pero contraproducente a la larga (otra cosa es que hagamos estas actividades no como forma de escapar del dolor, sino porque nos gustan por sí mismas).

Es fácil decirlo desde la butaca de un escritorio pero todo el mundo sufre pues el sufrimiento forma parte inherente de la condición humana. Este reconocimiento nos ayuda a aceptar el malestar y a dejar de enfocarnos en nuestros síntomas y hacerlo más en vivir la vida que queremos vivir de la manera más plena posible. Algo que sí podemos controlar.

Clarificar lo que es importante para nosotros. Hacer un ejercicio de reflexión y pensar sobre qué dirección queremos tomar en la vida. Hay direcciones vitales que son promovidas por los convencionalismos (formar una familia, tener un trabajo estable) y en nuestra mano está elegir si nos alineamos con tales direcciones o preferimos cualquier otra ruta de vida. Lo importante es que la elección nos lleve a elegir principios genuinos que queremos de verdad que guíen nuestra vida.

Acercarnos con pequeños pasos hacia lo que es importante para nosotros en lugar de estancarnos en nuestro malestar.

 

En definitiva, aceptar nuestros errores y el malestar asociados a ellos y acompañar esta aceptación con dirigir nuestra vida hacia lo que realmente queremos es terapéutico y otorga o renueva el sentido de nuestras vidas.

 

El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.

 

Goethe

 

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REFERENCIAS

Hayes, S. C. (2013). Sal de tu mente y entra en tu vida: La nueva terapia de aceptación y compromiso. Editorial Paidós.

La Mente es Maravillosa. (2017). El autocastigo por los errores del pasado. Recuperado de https://lamenteesmaravillosa.com/el-auto-castigo-por-los-errores-del-pasado/

Therapyside. (s.f.). Arrepentimiento: qué es, tipos y consejos. Therapyside. Recuperado el 23 de marzo de 2025, de https://bit.ly/3K7SHOF

 

 

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