El efecto espectador o efecto de difusión de la responsabilidad

¿Qué es el efecto del espectador?

Efecto del espectador o efecto de la difusión de la responsabilidad

El caso de Hugo Alfredo Tale-Yax.

Hugo Alfredo Tale-Yax fue una persona sin hogar que, en el año 2010 en Nueva York, defendió a una mujer durante un atraco y fue herido por ello. Estuvo durante más de una hora tirado en el suelo en la calle, rodeado de un charco de sangre. Veinticinco personas pasaron cerca de Hugo y la inmensa mayoría siguió su camino, incluso una persona se paró a hacerle una foto. Sólo hubo dos llamadas al número de emergencias. Hugo murió en la misma calle.

EL EFECTO ESPECTADOR EXPLICA QUE ES POCO PROBABLE QUE AYUDEMOS A ALGUIEN SI HAY MUCHA GENTE ALREDEDOR. PREFERIMOS PASAR LA PELOTA Y QUITARNOS DE LÍOS.

En el 2021, en España, un hombre sufrió un ataque al corazón en un parque, varias personas lo observaron, pero ninguna llamó a emergencias porque suponían que otras lo harían, lo que retrasó que le pudieran ayudar y terminó falleciendo.

Si os apetece ver otros ejemplos, hay un caso muy conocido, el de Kitty Genovese.

Casos similares han sido observados en países como la India, Nigeria o Argentina por lo que se trata de un fenómeno universal, aunque en los países económicamente más desarrollado se ha detectado una menor tendencia a ayudar a los desconocidos. Y es que la gente va más a lo suyo.

Estamos hablando del efecto del espectador o efecto de la difusión de la responsabilidad.

El efecto del espectador es un fenómeno psicológico que explica que sentimos menos la necesidad de ayudar cuando el grupo de personas alrededor de un suceso es más grande. Cuanta más gente hay alrededor de un suceso trágico pensamos ‘’alguien ayudará’’ o ‘’alguien sabrá que hacer’’. El gran problema es que eso mismo piensan todos los demás testigos, por lo que se reparte la responsabilidad entre todos y nadie termina actuando. Muchas personas y nadie ayuda.

ES MÁS PROBABLE QUE ALGUIEN RECIBA AYUDA CUANDO HAY POCA GENTE QUE CUANDO HAY MUCHA

Este efecto puede ser estar relacionado con la influencia del grupo sobre el individuo y es que no somos conscientes de hasta qué punto influye en nosotros el comportamiento de los demás. Somos seres biológicamente sociales, queremos evitar el rechazo y en situaciones ambiguas tendemos a hacer lo que los demás hacen, como robots actuando de forma alienada.

Otro factor a tener en cuenta es el balance entre beneficios y costes. Las personas evaluamos si merece la pena ayudar a otro, pensamos en si tenemos tiempo, en si nos supone demasiado esfuerzo o en si la persona está realmente mal. Si concluimos que los costes son altos, no ayudamos. Sobre todo, si hay más personas que puedan intervenir en nuestro lugar.

SE LLAMA ESPECTADOR PORQUE ACTUAMOS COMO ESPECTADORES, PERSONAS QUE SÓLO MIRAN Y NO PARTICIPAN.

Si te vieras en una situación así, estaría bien que pensaras que, si no actúas tú, nadie lo hará. Muchas veces sólo se necesita que una persona rompa el hielo para desencadenar una respuesta de ayuda en los demás. ¿Tomar la iniciativa en una situación de emergencia va en consonancia con tus valores?

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Referencias

El caso de Hugo Alfredo Tale-Yax.

https://www.elmundo.es/america/2010/04/26/estados_unidos/1272305398.html

Bibliografía

M. Darley & B. Latane. (1968). Bystander intervention in emergencies: Diffusion of responsibility. Journal of Personality and Social Psychology 8, 377-383.

Levine, Robert & Norenzayan, Ara & Philbrick, Karen. (2001). Cross-Cultural Differences in Helping Strangers. Journal of Cross-cultural Psychology.

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