Las fobias son trastornos de ansiedad que se caracterizan por un intenso e irracional miedo hacia una situación, un animal, un sentimiento o un objeto concreto.
Estos miedos son tan intensos que pueden provocar una gran ansiedad y afectar la capacidad de una persona para llevar una vida normal.
ÍNDICE
Qué son las fobias
En primer lugar, hay que aclarar que las fobias se clasifican en 3 tipos:
- Agorafobia: miedo intenso a encontrarnos en situaciones en las que nos resulta difícil escapar o recibir ayuda en caso necesario. Por ejemplo, en un acontecimiento recreativo, cultural o deportivo con mucha gente, ascensores o cualquier espacio cerrado.
- Fobia social: temor intenso a las relaciones con otras personas.
- Fobias específicas: miedo intenso a objetos o situaciones concretas.
Según la definición de la American Psychiatric Asociation, en su Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM5), las fobias son «un miedo intenso desencadenado por la presencia o anticipación de objetos o situaciones específicas: animales, lugares cerrados, alturas, oscuridad, tormentas, vuelos, inyecciones, ver sangre, intervenciones médicas, tragar sólidos, conducir…»
Y, como vemos, este miedo irracional no solo se produce ante el acontecimiento u objeto temido, sino también por su anticipación, es decir, al pensar que puede suceder.
Produce un miedo tan intenso, que provoca una serie de síntomas físicos tan intensos, que interfieren en el desarrollo de la vida normal de la persona.
Causas de las fobias
Las fobias pueden tener diferentes causas.
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Factores biológicos
El que una persona tenga algún tipo de fobia puede estar relacionados con factores biológicos, como la genética o los desequilibrios químicos en el cerebro. Hay determinados rasgos de comportamiento que tienen una fuerte carga genética, como el neuroticismo o la ansiedad, que hacen más probable la aparición de fobias, aunque esta predisposición aparece muy influida por los factores ambientales.
Una persona puede heredar la predisposición a manifestar ansiedad, pero no tiene por qué manifestarse a menos que viva en un ambiente que lo propicie. Si los padres manifiestan ansiedad, es fácil que el hijo la manifieste también.
Se considera que los factores biológicos, son los que menos peso tienen en la aparición de las fobias Están condicionados por las situaciones ambientales familiares.
Unos padres tranquilos, pueden contrarrestar la tendencia biológica de predisposición al estrés de su hijo.
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Aprendizaje por imitación
Se puede aprender una fobia al observar a alguien más que tiene miedo. Por ejemplo, un niño que ve a su madre con miedo a los ratones, puede desarrollar una fobia a estos animales.
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Experiencias traumáticas
Una experiencia traumática puede desencadenar una fobia. Por ejemplo, una persona que ha sido mordida por un perro puede desarrollar una fobia a los perros. Si ha tenido un accidente grave de automóvil, puede desarrollar aversión a conducir o a ir en coche.
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Factores culturales y educacionales
Las fobias también pueden estar influenciadas por factores culturales. Por ejemplo, una persona que creció en una cultura donde las serpientes son consideradas peligrosas puede desarrollar una fobia a las serpientes.
Del mismo modo, unos padres que avisan a su hijo continuamente de lo peligrosos que son los sitios altos, pueden provocar en su hijo una fobia a las alturas.
Como diferenciar una fobia del miedo
Para saber si padeces una fobia a algo, debes fijarte en las reacciones que te provocan el exponerte o el pensar en ese objeto, animal o situación temida.
Tanto las fobias como el miedo, pueden causar síntomas físicos como sudores, palpitaciones, temblores, mareos, entumecimiento de los dedos, imposibilidad de reaccionar…
Sin embargo, existen algunas diferencias importantes entre ellos:
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Duración
El miedo es una respuesta emocional normal a una situación de peligro y suele ser temporal. En cambio, las fobias son persistentes y pueden durar años.
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Intensidad
Las respuestas a las fobias son extremadamente intensas y pueden desencadenar una respuesta de pánico. Son unos miedos son tan intensos que pueden causar ansiedad extrema y afectar la capacidad de una persona para llevar una vida normal.
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Causa
El miedo suele tener una causa específica y puede ser una respuesta a una situación peligrosa real. Las fobias, por otro lado, pueden no tener una causa clara o estar basadas en una situación que no representa un peligro real.
Es normal que sientas miedo de un tigre que anda suelto por la calle. Sin embargo, si un tigre en un zoo te causa una reacción de miedo incontrolable, se puede hablar de fobia.
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Impacto en la vida diaria
El miedo, generalmente, no interfiere con su capacidad para realizar actividades cotidianas. Las fobias, por otro lado, pueden interferir significativamente con la vida diaria de una persona, limitando su capacidad para realizar tareas normales.
Cómo afectan las fobias a la vida diaria
Las fobias pueden afectar significativamente la vida diaria de una persona.
Pueden interferir con la capacidad de una persona para realizar tareas cotidianas, como ir al trabajo o participar en actividades sociales.
También pueden causar ansiedad extrema y estrés, lo que puede afectar la salud mental y física de una persona.
Es importante buscar ayuda si las fobias están afectando negativamente tu vida diaria.
Tipos de fobias más comunes
Fobia social: es el miedo intenso a situaciones sociales o de rendimiento, como hablar en público, conocer gente nueva o comer en público.
Agorafobia: miedo a lugares o situaciones en los que puede ser difícil escapar o recibir ayuda en caso de un ataque de pánico, como el transporte público o los espacios abiertos.
Fobia de enfermedades o hipocondría: es el miedo irracional a enfermarse o a contraer enfermedades.
Fobia de ansiedad: es el miedo irracional a experimentar síntomas de ansiedad, como mareo o sudoración.
Fobia a los animales: es una fobia a los animales, como los perros, los gatos o los insectos.
Fobia a las situaciones médicas: miedo a las situaciones médicas, como las agujas, los exámenes médicos o los hospitales.
Fobia a los desastres naturales: como los terremotos, los huracanes o los tsunamis.
Las fobias más raras
Coulrofobia: a los payasos.
Ablutofobia: a bañarse o lavarse.
Pogonofobia: es la fobia a las barbas.
Nomofobia: fobia a estar sin el teléfono móvil.
Somnifobia: a dormir o a quedarse dormido.
Ombrofobia: es la fobia a la lluvia.
Todas las fobias, independientemente de lo raras que puedan parecer, pueden ser debilitantes para la persona que las sufre.
Pueden afectar significativamente la vida diaria de una persona. Si cree que tiene una fobia, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud.
Tratamiento de las fobias
El tratamiento para las fobias puede variar según la gravedad y el tipo de fobia.
En algunos casos, la terapia cognitivo-conductual puede ser efectiva en el tratamiento de las fobias. Esta terapia puede ayudar a cambiar los pensamientos y comportamientos negativos que desencadenan la fobia.
En otros casos, se puede recomendar la exposición gradual, donde la persona se enfrenta, de manera gradual a la situación o el objeto que provoca la fobia. Suele ser una técnica muy efectiva para superar el miedo, pero debe ser realizado bajo la supervisión de un profesional de la salud mental.
Terapia de desensibilización: implica la exposición a la situación o objeto temido en un ambiente seguro y controlado. Se utiliza para reducir la intensidad de la respuesta emocional a la fobia.
Entrenamiento en técnicas de relajación para reducir la ansiedad generada
Los medicamentos también pueden ser una opción para el tratamiento de las fobias en algunos casos, como los tranquilizantes o los antidepresivos, para ayudar a reducir la ansiedad y otros síntomas producidos por la exposición a lo temido.
Es importante hablar con un profesional de la salud mental que determinará y aplicará el mejor plan de tratamiento para cada caso concreto.
Referencias Bibliográficas:
- A. Belloch, B. Sandin, F. Ramos. (2009). Manual de Psicopatología. Ed. Mc Graw Hill
- Seth J. Gillihan. (2018). Terapia cognitivo conductual. Ed. Sirio.
- Seth J. Gillihan. (2020). Terapia cognitivo conductual fácil. Estrategias para manejar la ansiedad, depresión y estrés. Ed. Sirio.
- Miguel A. Vallejo Pareja, M. Isabel Comeche. (2016). Lecciones de Terapia de Conducta. Ed. Dykinson.